El
nombre de cubismo, nacido de la expresión injuriosa de un crítico, en 1909,
puede inducir a error. Si esta forma plástica se propusiera únicamente
retrotraer el mundo de los objetos a formas fundamentales estereométricas, sólo
sería una manía extravagante.
Es
evidente, en cambio, que surgió de la necesidad de comprender en forma
radicalmente nueva un mundo objetivo, sin prejuicios y a partir puramente de la
pintura. Así como el impresionismo había abandonado el concepto habitual de
realidad para refugiarse en la pura visibilidad de los fenómenos ópticos y
conservar solamente el color puro, también el cubismo libera a la pintura de
las consabidas imágenes fenoménicas de las cosas –precisamente porque éstas
sólo son sentidas en adelante como apariencia- y conserva únicamente los elementos
constructivos.
Responder
a la enigmática y sorprendente oposición física de los objetos, oponerle un
contra-objeto de pura construcción formal, hacer de la misma superficie pintada
un todo, un objeto, en lugar de reflejar una imagen aparencial: así podríamos
describir las intenciones que, hacia 1908, dieron vida al movimiento.
Lo
que importaba era mantener la superficie concreta, pero, al mismo tiempo,
conferirle corporeidad y espacialidad de una manera totalmente “metafórica”. En
un principio, los cubistas redujeron su escala cromática al mero uso de valores
quebrados, puesto que el elemento subjetivo y sensorial del color –emocional e
inasible- está en contradicción con el carácter de realidad que se busca
conferir al objeto de arte. La voluntad de objetivación, en ese sentido, es lo
que subrayan tanto Picasso como Braque.
Una vez concluída la “realización”,
nada debe quedar en el nuevo objeto de arte que recuerde a su modelo: su misión
no es expresar la “idea”, el motivo, que sirvió de inspiración al autor. Estos
factores subjetivos han de quedar cabalmente absorbidos por el toro que
simplemente es una cosa nueva, gradualmente hallada a través de la plasmación.
Como en Cézanne, este proceso se concibe como paralelo a la naturaleza, no como
copia de ella.
La
imprevisible repercusión del cubismo sobre los aspectos más diversos del arte
moderno sólo comenzó, en rigor, a partir del vuelco del cubismo analítico al
sintético, cosa que se produjo en 1913.
Juan
Gris, pintor español, describe exactamente la subversión que impuso el cubismo
sintético en la relación entre cuadro y objeto. El pintor parte ahora de
elementos abstractos abstractos para llegar a un objeto. Este se encuentra
solamente a través de configuración, y el pintor no lo conoce de antemano. Tal
proceso inaugura posibilidades totalmente inéditas de comunicación pictórica,
que Gris llama “poética” en contraposición con la prosa descriptiva que la
precedió.
El
cubismo propiamente dicho empieza con las experiencias de Picasso en 1907 en la
pintura Las señoritas de Avignon, así como el conjunto de dibujos, acuarelas y
óleos dedicados a temáticas relacionadas con la citada obra. La esquematización
de los personajes posee no pocos puntos en común con las tallas primitivas. A
lo largo de todo el siguiente año Picasso va adentrándose cada vez más en la
investigación que le llevará al cubismo analítico, modalidad en la que los
elementos plasmados en el cuadro se descomponen en diversas formas geométricas,
superponiéndose de tal modo que resulta imposible identificar de qué se trata.
En la primera etapa del cubismo prevalecen las temáticas de naturalezas
muertas, en las que instrumentos musicales, partituras, pipas, frutas,
fruteros, vasos, botellas, mesas y sillas se amalgaman y ofrecen aspectos absolutamente
nuevos e insólitos.
Picasso
y Braque, en no pocas ocasiones, trabajaron juntos y es de ahí, que a los dos
se les debe uno de los hallazgos más significativos del siglo XX: el collage.
En un primer momento se trató sólo de integrar papeles pegados a la superficie
del cuadro, pero, más tarde, utilizaron todo tipo de elementos, provenientes
del entorno cotidiano.
El
hecho de integrar materiales diferentes en el seno de composiciones cubistas
determinó, en parte, que tanto Picasso como Braque optaran por cambiar el
proceso analítico del cubismo inicial por otro de carácter sintético. Surgió
entonces la modalidad conocida como cubismo sintético, en la que las pinturas,
a pesar de presentar una composición claramente geométrica, permitían qu el
espectador percibiera con facilidad una forma global identificable.
Otro
artista que en 1911 se adscribió plenamente al cubismo fue Juan Gris, cuya obra
inicial posee algunos puntos de contacto con la de los iniciadores, pero que,
sin embargo, muy poco después desarrolla un lenguaje absolutamente propio.
Según
Guillaume Apollinaire, escritor cubista, “Cuatro tendencias se manifiestan hoy
en el cubismo tal como lo he diseccionado. De ellas, dos tendencias son
paralelas y puras.
El
«cubismo científico» es una de esas tendencias puras. Es el arte de pintar
conjuntos nuevos con elementos tomados no de la realidad visual, sino de la
realidad del conocimiento. Todo hombre posee el sentimiento de esta realidad
interior. No es necesario ser un hombre culto para concebir, por ejemplo, una
forma redonda. El aspecto geométrico que ha sorprendido tan vivamente a
aquellos que han visto los primeros lienzos científicos procedía del hecho de
que la realidad esencial fuese reproducida con una gran pureza y de que el
accidente visual y anecdótico hubiese sido eliminado.
Los pintores que
practican este arte son: Picasso, cuyo arte luminoso sigue perteneciendo a la
otra tendencia pura del cubismo, Georges Braque, Metzinger, Albert Gleizes,
Mlle. Laurencin y Juan Gris.
El
«cubismo físico» es el arte de pintar conjuntos nuevos con elementos tomados en
su mayor parte de la realidad visual. Sin embargo este arte se asemeja al
cubismo por la disciplina constructiva. Tiene un gran futuro como pintura
histórica. Su papel social está bien definido, pero no es un arte puro. El
pintor físico que ha creado esta tendencia es Le Fauconnier.
El
«cubismo órfico» es la otra gran tendencia de la pintura moderna. Es el arte de
pintar conjuntos nuevos con elementos no tomados de la realidad visual sino
enteramente creados por el artista y dotados por él de una poderosa realidad.
El
«cubismo instintivo», arte de pintar conjuntos nuevos no tomados de la realidad
visual, sino de aquella que sugieren al artista, el instinto y la intuición,
tienden desde hace tiempo al orfismo. Los artistas intuitivos carecen de
lucidez y de una creencia artística; el cubismo instintivo incluye a un gran
número de artistas. Nacido del impresionismo francés este movimiento se
extiende hoy por toda Europa...”
Para conocer más sobre éste movimiento:
Video de
Refencias: https://issuu.com/madelinemunoz/docs/influencias_de_las_vanguardias_en_e
https://www.artedinamico.com/portal/sitio/articulos_mo_comentarios.php?it=697&categoria=1
No hay comentarios:
Publicar un comentario