Avance del diseño gráfico de los inicios del hombre formando una comunicación visual por medio a los avances de la tecnología y las ideologías que se presentan a lo largo de la historia
miércoles, 19 de abril de 2017
El Futurismo
El
20 de febrero de 1909, el parisiense Figaro publicó el "Manifiesto del
futurismo", redactado por el poeta Emilio Filippo Tommaso Marinetti
(1876-1944). El entusiasmo que en él expresa Marinetti por la vida moderna, la
velocidad, la guerra y la revolución, iba dirigido contra el aherrojamiento en
el dominio del arte.
Con
aquel manifiesto, Marinetti se ganó la adhesión de cinco artistas: Umberto
Boccioni, Carlo Carra, Giacomo Baila, Gino Severini y Luigi Russolo. El 11 de
febrero de 1910, éstos publicaron el manifiesto de la pintura futurista. En él
se condenaban "todas las formas de la imitación, la armonía y el buen
gusto". El 11 de abril de 1910 apareció el "Manifiesto técnico de la
pintura futurista". Allí se exigía el "dinamismo universal, que la
pintura debe reproducir como sensación dinámica".
Aquellos
manifiestos amenazaban con 'autos de fe' a los museos y bibliotecas,
glorificando el poder de lo vital. Con la aparición en 1914 en Florencia de la
revista Lacerba, dirigida por Giovanni Papini, la tipografía participó también
en las disputas artísticas. Papini se solidarizó con el futurismo. Él mismo se
encargó de cambiar la concepción tipográfica, mostrando los primeros
experimentos de "tipografia in liberta". En 1914, Carlo Carrá publicó
las primeras "parole in liberta"; su diseño tipográfico acentuaba los
diferentes párrafos, la repartición de elementos y volúmenes resultaba en una
composición dinámica, sus collages y dibujos evocaban impresiones bélicas del
autor, incluía números, letras, palabras y frases completas, y el espacio se
sometía a un ritmo de gran plasticidad.
Ardengo
Soffici defendió en su escrito "BIF & ZF + 18 Simultaneita Chimismi
Lirici", publicado en Florencia en 1915, el "lirismo
tipográfico". Soffici empleaba las letras como formas vivas y autónomas.
La colocación diagonal de las mismas, el contraste de tamaños y la composición
de pequeñas figuras hechas con frases creaban una tipografía sumamente variada
y expresiva. Comparadas con las invenciones gráficas de Marinetti, cargadas de
emotividad y como explosivas en su irradiación multidireccional, las obras del
pintor, diseñador gráfico y poeta Fortunato Depero resultaban claras y
ordenadas a la vista.
Ellas
influyeron en la tipografía publicitaria italiana de los años 20 y 30, hasta
que el seudo-monumentalismo de los años anteriores a la II Guerra Mundial
sofocó todos los esfuerzos progresistas.
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