Como soporte físico se
utilizó inicialmente la piedra, pero pronto se buscaron otros tipos de
materiales que permitieron una mayor facilidad de uso y una mayor potabilidad,
como los los pergaminos.
El pergamino se fabricaba
con las pieles de animales como el cordero, el ternero o el cabrito,
preferentemente los jóvenes pues así era de mejor calidad. Tras sumergir la
piel en una solución de cal para poder pelar y descarnarla, la tensaban en un
caballete, y con la ayuda de una piedra pómez eliminaban las impurezas,
puliendo la superficie de escritura. Fue tan alta la calidad del pergamino que
allí se producía que incluso el propio emperador Augusto lo hacía traer de allí
para sus documentos más importantes a pesar de que posteriormente se empezó a
producir en la propia capital del Imperio.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjmPwUFVFoxbfxIHiBBxuH8iP2zxiXIk8iZKgwvVQF7f1zGqWKpLwSVvXnFQW1KjrzuzeL8YhZNWwUFr991gyN5r90MiRJtQlTC51lCY4Jx7cdU6JVUZqrP9Bk_HnUhO1dOxkF6l68YA/s200/papiro-300x284.jpg)
A partir del siglo IV se difunde la forma del libro
conocido como códice, compuestos de cuadernos de pergamino plegados, cosidos y
encuadernados. Los primeros se conocían como codex membranei haciendo
referencia a los talleres de Roma que se especializaron en la industria del
pergamino, los membranarii.
Referencias:
https://es.slideshare.net/erilu/historia-del-diseo-grfico-11784567
https://franciscojaviertostado.com/2013/09/06/el-origen-del-pergamino/
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